domingo, 27 de agosto de 2017

SE NOS ESTÁ TERMINANDO LA VASELINA DE LO TANTO QUE NOS DAN POR LAS TABAS

El otro día, en el escrito anterior comentaba que en este país tenemos la autoestima por los suelos. Será que venimos de una época en la que perdíamos el culo por las suecas en Torremolinos, cuando una excursión de rubias  guiris en mini short podía alterar la vida de un pueblo entero. Hubo un tiempo en que Ramón, Manolo o Juan no tenían nada que hacer frente a James, Bob o Michael (aunque los tres primeros serian un medico, un abogado y un arquitecto) ser guiri aquí se cotizaba muy alto, lo mismo en versión femenina que masculina. Seguramente que en su país de origen eran lo equivalente al tonto del pueblo, pero daba igual, un extranjero en aquellos tiempos era de lo más preciado. La cosa con los años no ha cambiado, siguen en alza, no hay nada más que ver a nuestros políticos abriéndose paso a codazos con tal de aparecer en primera fila, en alguna foto al lado de algún psicópata soplapollas americano, europeo o similar, creyéndose que eso les va hacer más importantes, más interesantes y sobre todo más creíbles. Y así llevamos años, en la parte de atrás, oliendo a mierda y lamiéndoles el culo a franceses, americanos, alemanes o ingleses. Aquí, para que una noticia tenga veracidad tiene que venir avalada por algún medio o fuente extranjera, dicho de otra manera, lo de aquí cuando menos es dudoso y lo que tiene peso es lo que diga un James, un Michael o una Margaret. No es igual el diagnostico de un médico de Ponferrada que lo que diga un médico de Múnich, Nueva York  o Paris, aunque los cuatro digan lo mismo, en francés, inglés o alemán tiene mucha más fiabilidad, fundamento y profesionalidad. Además, da la impresión de que  la valoración de un doctor que se llame Paco no es como para tomársela muy en serio, y si es mujer los perjuicios aumentan.
Esto no solo pasa con la política, también con el cine, con la música y la cultura en general. Entre la opción de ver a un grupo de aquí y otro extranjero, siempre obtendrá más boletos la alternativa guiri, y eso ocurre ya por defecto, por inercia, suponemos que hay más calidad en lo que pueda tocar un tal Steven (que lleva una larga peluca rubia) que en lo que pueda hacer Julián, que aparte de músico también es albañil. Con el cine otro tanto de lo mismo, vamos de cultos pero nos tragamos toda la morralla “made in kaka forever EEUU “con silicona, cuerpos esculturales y millones de efectos y defectos especiales. Aquí actores o actrices como Florinda Chico, Teresa Gimpera, Rafaela Aparicio, Alfredo Landa, José Luis López Vázquez o el mismísimo Andrés Pajares han hecho películas de quitarse el sombrero, pero siempre serán recordados (junto a otros muchos) como los paletos del cine español .Y de cultura mejor no hablar, admiro a la gente que llega aquí y trae consigo en su maleta sus costumbres, su ritmo y su religión para mantenerlas, y además nos exigen con uñas y dientes que se las respetemos. Mientras, nosotros andamos haciendo malabares con discursos ya insostenibles, reinventándonos y requeté inventándonos para tener contento a todo el personal (no vaya a ser que sus respectivas embajadas o presidentes nos den un tirón de orejas) .Somos unos acomplejados disfrazados de solidarios y de buen rollito con ganas de impresionar, pero la realidad es que nos consuela ver que por fin hay gente que está más jodida y necesitada que nosotros, y que por una vez en la vida parecemos hasta algo al lado de ellos, nos sentimos útiles dentro de nuestra propia inutilidad, por unos  instantes creemos ser como James, Michael o Margaret ,grandes, importantes ,héroes ,salvadores, majos, imprescindibles, guiris .De alguna forma ,eso nos sirve de anestesia para olvidarnos de las veces que nos dan una y otra vez por el culo  .El mal de otros ejerce de bálsamo , nos sube la autoestima y hace de analgésico anal y emocional. Y así anda el patio, lo que antes era una biblioteca es ahora un Mc Donalds, lo que era una tienda con productos de la tierra es ahora una pizzería, aquel bar donde se escuchaba buena música ahora apesta a reggaetón, aquel trozo de playa tranquilo ahora está lleno de borrachos que vienen hacer aquí todo  lo que no les dejan hacer en su pais, aquel club social (que hacía las veces de puti club o asociación de vecinos) es ahora una mezquita o un Burguer King ,aquellos que se llamaban Carlos y Pepe ahora se hacen llamar Charles y Joey. No creemos en Dios pero decimos amén a todo. Mientras, nosotros tiramos nuestro salero, nuestro talento, nuestra gracia, nuestros valores  y nuestras costumbres  por la ventana. Una cosa es cierta, solo se nos va a conocer por ahí fuera por ser un paìs que se deja humillar fácilmente, por los toros y por los nefastos conciertos de Enrique Iglesias. Yo mientras, me comeré un bocadillo de tocino con almorranas de elefante en salsa verde con almejas y menestra de caracoles con mortadela.Patxi Sagarna