El otro día experimente una especie de viaje en el tiempo
involuntario, era un martes de esos de noviembre con calor, un amago de
verano que siempre nos regala este mes para que el invierno no se nos
haga tan duro. Estaba esperando al autobús y cuando vino este, y los
pasajeros empezaron a descender de el me encontré con un conocido al
que hacia años no veía, ignoro si habrá estado en una urna todo este
tiempo pero me impacto la indumentaria que llevaba puesta, en una
primera inspección ocular rápida observe que llevaba una camisa que
era mas grande que la lona de un circo, floreada en plan “corrupción
en Alcañices”, le acompañaba un pantalón blanco que no se si era
ya pantalón corto o largo pues le quedaba mas o menos por las
rodillas y con muchas lavadas ya encima,el shock fue terrible al
observar los calcetines, eran de esos gordos blancos casi desteñidos
por el tiempo y por el moho o el musgo acumulado en los zapatos que
eran de esos que los guionistas de cuéntame se volvieron locos para
buscar y no encontraron.
En un primer momento intente recordar si
cabria la posibilidad de que habría alguna fiesta en algún barrio o
pueblo cercano, pues podían venir de una comida de blusas o de alguna
charanga, fanfarre, guateque o similar. Descartada la opción
folkloricofestiva y dejándome llevar por la imaginación supuse que
quizás volvía a la televisión algún programa ochentero tipo “la
juventud baila” y que igual venia de hacer algún casting para
presentador, pero por el perfil del sujeto tampoco me cuadraban las
cuentas.
Paso a mi lado y me llego el olor de un perfume de aquella
época ”floid” que se vendía por frascos y que por cada 5 litros te
regalaban un estuche de peines familiar de colores, peine que por otro
lado vi que llevaba en el bolsillo de la camisa y que como soy un mal
pensado no quise imaginar la de pelos que habrá peinado el artilugio
ni de que zonas. El peinado era en plan Travolta pero con canas y
menos volumen, remataba la faena una cadena gorda de plata desgastada
por el sudor y los años que supongo que llevaría alguna inscripción
tipo ”Paki and my forever”. El reloj era de esos con calculadora y
despertador que vendían los marroquis y que por culpa de ellos la
industria de este país casi se va a pique pues todo dios llegaba tarde
al trabajo.
En ella no me fije mucho, tan solo pude apreciar que tenia
bigote como él, llevaba una camisa de esas chillonas con colores que
yo mismo hasta hora desconocía que existían y que lo mas parecido que
había visto a eso fue en un bazar de ropa de todo a 100 en
Portugal…. Entonces me monte en el autobús y pensé que igual la
decisión de aquel viejo conocido no era del todo
equivocada.. total.. para lo que hay que ver ahora mismo. Patxi Sagarna