lunes, 28 de abril de 2014

gordos flacos y gominolas

Tengo una amiga que esta gorda ,muy gorda ,no lo digo yo, lo dice ella.
Ayer me comentaba que el médico le ha vuelto a decir que tiene que bajar unos 35 kilos ,tiene 31 años y las analíticas dice que dan miedo mirarlas .Se ha comprado unas pastillas por Internet de esas que adelgazas 4 kilos en una semana viendo Gran Hermano por la tele sentada en el sofá o tumbada en la cama .
Tiene una hija de 12 años que sigue el mismo camino ,así que delante de la cría no se puede mencionar la palabra gorda por que según sus padres eso le crea complejo .Eso si ,todos los días madre e hija desayunan un par de tazones de café con leche con media docena de bollos, unas bolsas de triskis o como se llamen, y unas gominolas que deben de tener efecto diurético.
Después como la mujer no tiene mano en la cocina pues toca comer comida de esa prefabricada. Por la tarde llega el padre ,recién recuperado de un infarto y toma el mando de la situación ,hecha una siesta y después bajan los tres a merendar ,unas veces toca burguer,y otras bocatas de embutidos variados con mas triskis y gominolas.
No tengo nada contra los gordos , quizás me produce mas rechazo esa cuadrilla de anoréxicas de pasarela que hasta se quitan una costilla para parecer mas delgadas ,eso me parece el delirio .Mi cerebro no esta preparado para excitarse ni frente a una masa de colesterol postrada en una cama ni para un amasijo de huesos con dos tetas postizas y botox ,eso si ,que lo de estar gordo es salud que se lo vendan a su puta madre y de lo de la belleza interior que queréis  que os diga ,hay días que si y días que no oye!...
En fin amigos ,hoy en día puede resultar igual de peligroso la obesidad que la extrema delgadez ,o lo que es peor ,copiar las medidas de una de esas escuálidas enfermas de pasarela o creerte que unas pastillas de Internet van hacer el m
ilagro .
Aplaudo a esos cuerpos que ni les sobra ni les falta ,pero sobre todo aplaudo a esa gente que esta a gusto consigo misma y no se engaña frente al espejo .

Patxi Sagarna