lunes, 17 de febrero de 2014

El latino, la chica, yo y el cajero

Son una pareja, duermen dentro de un cajero, uno de esos que tienen veinte fluorescentes encendidos toda la noche y que nosotros pagamos, pero que por una vez me parece bien ya que hacen una especie de efecto calefacción para esos muchachos que duermen allí por que no tienen otro sitio donde ir. 
 Muchas veces cuando espero el autobús me refugio allí del frío o de la lluvia, el otro día coincidimos los tres, el chico latino me pidió un pitillo, se lo di y también le ofrecí a la chica, ella me contesto que no, al rato observe que los dos iban pasándose el cigarrillo sabedores de lo caro que esta el tabaco y la vida y no quisieron abusar. Así que le ofrecí otro, dijeron que no, insistí y le dije que lo guardara para después, vino el autobús y me marche, se despidieron con un adiós gracias a lo que correspondí con un de nada hombre.
A veces paso y están dormidos, otras están mirando al horizonte, confusos, sin saber donde ir.
 Nos volvimos a encontrar, hacia un frío horrible y el chico con la voz entrecortada por la tiritona, me dijo que iban a intentar dormir en un sitio de esos que habilitan estos días de duro invierno a la gente que como ellos esta sin techo, le fui a ofrecer un cigarro y recordé que llevaba otro paquete en la mochila, así que les di la cajetilla entera, no querían, volví a insistir, al final se quedaron con el paquete, les desee suerte, nos dimos la mano y cada uno se fue por su lado.
Me los encontré por ultima vez en el centro de Donosti, ella tenia mala cara, me comentaron que venían del medico, tosía y tenia fiebre, me dijeron que si a ella le hacían pronto no se que papel cruzaban el atlántico y se iban a su país. Siempre tengo la costumbre de llevar una reserva de medicamentos en el makuto, les di unos paracetamol y nos fuimos a un bar para que la chica lo tomara con algo caliente, yo tenia prisa y me despedí de ellos allí. 
Ya no les veo en el cajero ni por la ciudad, me suele gustar estos días ver anochecer cerca del mar y el otro día mientras miraba la fuerza con que chocaban las olas me acorde de ellos y me dije "ojala estén ya en su país, con sus familias, con sus seres queridos" mientras pensaba eso irrumpió un amigo indignado por la subida de la luz y me decía que para ahorrar habría que quitar las malditas luces navideñas y entonces le conteste "si, pero las de los cajeros que se queden encendidas"